domingo, 9 de enero de 2011

FINALISTA 3. ANDRÉS INIESTA. EL FÚTBOL TRANQUILO

Según una filtración de la Gazzetta dello sport, Andrés Iniesta se va a convertir mañana en el ganador del FIFA Balón de Oro. Quizá en el año en que Andrés ha vivido montado en una montaña rusa, con multitud de altibajos (provocados en su mayoría por las lesiones), llegó al momento cumbre de la historia del fútbol español preparado para armar esa pierna derecha que certificó el gol ya mítico que dio el mundial de Sudáfrica por los siglos de los siglos, amén. Andrés es la personificación del fútbol bien hecho, tranquilo, calmado, eso sí, no exento de un talento prodigioso para realizar cosas extraordinarias aparentando una naturalidad que asusta, que abruma. Andrés es el crack que se forjó siendo el suplente de lujo que utilizó Frank Rijkaard  en la consecución de su primer título de liga. El de Fuentealbilla, pese a su juventud, guarda en la retina, para siempre, un par de momentos personales no históricos, sino inmortales, su gol al Chelsea en las semifinales de Champions de 2009 y como no, el gol de la final del mundial de 2010 frente a Holanda. Sin embargo, resumir la trayectoria de Iniesta  a esos dos momentos sería algo muy simplista.

La primera imagen pública de Andrés Iniesta se remonta al mítico torneo de Alevines de Brunete con la camiseta del Albacete. Pronto llamó la atención de todos los ojeadores de aquel campeonato de fútbol 7. El talento que ya demostraba Andrés cada vez que tocaba la pelota no era común. Había algo más. Ese mismo año ya fichó por el F.C. Barcelona y se trasladó a vivir a la Masía,  a ese lugar mágico (no exento de malos momentos) donde pulen, no solo a futbolistas, sino también a personas. Andrés ya llamó la atención de Lorenzo Serra Ferrer, aunque el que lo hizo debutar con el primer equipo fue Louis Van Gaal en la temporada 2002/03. A partir de entonces, comenzó a alternar participaciones en el primer equipo con el filial. Ya en la segunda temporada de Frank Rijkaard (2004/05) el manchego comenzó a tener un protagonismo especial en el equipo. No fue titular indiscutible durante esa temporada, pero fue junto a Samuel Eto’o, el jugador más utilizado por el técnico holandés. Aquel equipo contaba con buenos centrocampistas e Iniesta partía en desventaja. Tras dos temporadas sin títulos, las salidas de Ronaldinho y sobre todo de Deco, aliviaron la nómina de centrocampistas y la figura de Andrés se expandió hasta convertirse en la figura mundial que hoy día es. Andrés, cual Don Quijote de la Mancha, se ha convertido en un manchego universal y también inmortal. Sobre todo, aunque sea muy simplista, a través de dos goles míticos, uno con la camiseta del Barça y que dio la clasificación para la final de la Champions de 2009 frente al Chelsea; y otro, el que dio el primer Mundial de fútbol para España, tanto que dedicó a su amigo Dani Jarque. Aquel gol legendario en la final ha propiciado el reconocimiento en todos (casi todos, salvo en San Mamés, donde fue pitado) los campos en los que Andrés tiene que jugar en la liga.

Pese a no ser una de las estrella más  mediáticas del mundo del fútbol, la progresión del manchego a nivel internacional queda fuera de toda duda. Es Manchego, pálido de piel, introvertido, calmado y tranquilo. Sin embargo, cuando Andrés Iniesta juega, el público mira embobado cada una de sus acciones. Además, mañana, a eso de las 19 h, y siempre atendiendo a las filtraciones desde Italia, puede convertirse, 50 años después, en el tercer español en conseguir el prestigioso balón dorado. Seguro que Dani Jarque estará cruzando los dedos por ello.

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