Que el mejor futbolista que se recuerda en años no estuviera presente en el podio al premio individual al mejor futbolista del año 2010 hubiese chirriado. Sobre todo, después de que el argentino haya vuelto a hacer méritos, no sólo para estar, sino para volver a ganarlo. La evolución de Messi en esto del fútbol puede verse de un modo muy concreto en la misma tabla del Balón de Oro de los tres últimos años. Desde 2007, el argentino ha aparecido entre los 3 primeros, avanzando, escalón a escalón hasta alcanzar la cima del galardón el año pasado, sin que nadie (casi nadie) lo discuta. En 2007 fue tercero detrás de Kaká y Cristiano Ronaldo, en 2008 el portugués se hizo con el galardón y el argentino ya avanzó un peldaño, ocupando el segundo puesto, hasta que en 2009, y con la mayor diferencia de puntos con respecto al segundo (C. Ronaldo) de la historia del premio, consiguió el trofeo dorado. No había dudas, Leo fue el mejor sin oposición. Este año, Messi volverá a estar entre los 3 primeros futbolistas del mundo a nivel individual. Unos entran, otros salen, pero desde hace 4 temporadas, a Leo, se le espera y siempre está.
Durante 2010 el argentino no sólo ha seguido ofreciendo todo el potencial al que nos tiene acostumbrados, esto es, desborde, velocidad, regate, sino que ha explotado (hasta límites insospechables años atrás) otras cualidades, como es el gol, siendo pichichi de la liga española, con una cifra (34) que no se repetía desde que lo hiciera el brasileño Ronaldo con el Barça, allá por la 96/97. Esa cantidad de goles le permitió añadir a su palmarés individual un nuevo trofeo, la bota de oro que galardona al máximo anotador europeo. Pero el juego de Messi no termina en los goles. Su evolución y progreso es tal que el argentino se está convirtiendo en un asistente fenomenal. Sus pases medidos se convierten en asistencias de gol. Su gran visión de juego y su velocidad, no sólo física, sino mental, le permiten ver huecos y espacios que son aprovechados por sus compañeros.
En el mundial Leo no pudo brillar como en Barcelona, pero el análisis de la actuación de Messi durante el mundial no se limita a su nulo acierto goleador. Messi se echó a la selección argentina a las espaldas y la llevó tan lejos en Sudáfrica como pudo. Messi fue organizador, fue mediocentro, mediapunta y delantero. Le faltó sacar un córner y tener que rematarlo. Maradona intentó crear un puzzle alrededor de Messi, pero no se percató de que las piezas que colocaba alrededor de Leo no encajaban. En una argentina sin centrocampistas puros de creación y con demasiados delanteros, Messi no encontró verdaderamente su lugar. No estuvo brillante, aunque el Mundial del argentino, no fue, como se vocea, mediocre o malo.
Como bien afirma Xavi, “el que se compara con Leo, queda retratado”, afirmación que va dirigida en una sola dirección y a un único destinatario, Cristiano Ronaldo. Guardiola es el entrenador de estos tres genios de la pelota nominados al FIFA Balón de Oro. Es un privilegiado de poder contar con los tres mejores futbolistas del año. Lo sabe, y entiende que son ellos, los que lo hacen mejor a él. Si fuera por el de Sampedor, el FIFA Balón de Oro debería de ser para Messi. “El Mejor es Leo….”, opina Guardiola. En esta nueva edición del premio individual más prestigioso del mundo del fútbol… ¿a quién quieres más a….?
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