viernes, 16 de septiembre de 2011

PEPE, FUTBOLISTA O PERSONAJE

La dureza de los últimos Real Madrid-F.C. Barcelona ha mostrado la imagen más desafortunada de muchos jugadores, especialmente la de Pepe, que continúa ofreciendo una dureza desmedida cuando el Barcelona es el rival.
                                          http://www.cronodeporte.com/

Pepe está al borde de un ataque de nervios. O al menos, cuando el equipo que encuentra en frente es el F.C. Barcelona. El jugador blanco se transforma y pasa de ser un futbolista duro, tosco y contundente- como debe ser un defensa-, a un central agresivo.
Esta situación no beneficia nada a un futbolista que ha tenido que luchar desde que aterrizó en el Real Madrid, allá por la 2007/2008, por ganarse el respeto y la admiración de una grada exigente. Porque su sorprendente y caro fichaje-30 millones- no cautivó en exceso a la afición blanca. Tanto dinero por un central desconocido para la mayoría y con un nombre no muy dado en el fútbol, instaló el recelo en el entorno del equipo blanco. Sin embargo, Pepe, con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio, demostró temporada tras temporada que esa alta inversión tan poco fue tan indecente y que tenía hueco en el centro de la defensa blanca, posición por la que el Real Madrid había invertido y desperdiciado tanto dinero temporadas atrás.
Pero pronto comenzó a mostrar una faceta que con el paso de los partidos iría en aumento. Una exagerada manera de entender el fútbol y de frenar rivales comenzó a aparecer en el juego del central. Acciones muy agresivas con las que se comenzó a asociar a Pepe.  Pese a todo, el futbolista continuó ganando adeptos por el gran defensa que demostró ser. Pero poco a poco, el personaje violento comenzaba a aparecer con mayor asiduidad.
El culmen de esa actitud agresiva llegó con su famosa acción ante Casquero y Albín. Pepe tocó fondo y fue triste protagonista de una de las acciones más deleznables que se recordaba en un estadio de fútbol. Doble agresión brutal a Casquero por la espalda. El esperpento continuó con un derechazo a Albín. Pepe estaba fuera de sí. Esa brutal acción fue duramente castigada con diez partidos de sanción.
Tras esa desafortunada acción sobre los jugadores del Getafe, una gran parte de la afición al fútbol colocó para siempre el cartel de violento a Pepe. El defensa se disculpó e intentó cambiar. Pero ya era tarde. El ‘otro’ Pepe, el personaje, había decidido quedarse y aparecer sin dar previo aviso. Salvo cuando el contario es el Barcelona, pues se intuye que surgirá, para convertirse en el fustigador del rival.
El problema parece ser que es el propio central el que se ha creído ese papel de azote del Barcelona y su afición. Ha aceptado ese rol y ahora es el personaje el que ha engullido al propio futbolista. Pepe es otro cuando se enfrenta al Barcelona, de eso no hay duda. Añade un plus de dureza y contundencia que se transforman con todas sus letras en agresividad y violencia. La situación es grave, pues el personaje puede quedarse para siempre, y no solo aparecer cuando el Barcelona es el rival. Con el esfuerzo que le costó ser ‘Don Pepe’.