sábado, 5 de febrero de 2011

RADIOGOL

Minuto 95 de un partido enorme, grande, histórico, de esos inolvidables. España se jugaba el pase a los cuartos de final frente a Yugoslavia en el último partido de la fase de grupos, tras debutar con derrota frente a Noruega, en el que Molina se tragó un gol que terminó costándole el puesto en detrimento de Cañizares. En el segundo partido, España si pudo vencer a los eslovenos, eso sí por la mínima. Por lo tanto, a la selección nacional no le valía si quiera el empate frente a los yugoslavos. El partido fue una locura de goles, ocasiones, juego frenético. El balón cambiaba de área a una velocidad que costaba asimilar. Comenzó arriba en el marcador España, pero después, ya en la segunda parte, Yugoslavia fue la que dominó el marcador hasta el final, nunca mejor dicho, del partido.


 El partido agonizaba y España no conseguía recortar distancias para alcanzar el milagro de la remontada. Los yugoslavos se sentían cómodos pues la renta era amplia ya que, ellos creían que hasta el empate les favorecía, luego, comprobarían que su renta era aún mayor. La nacional lo intentó y en una de esas, Munitis fue objeto de penalti. Medienta, por aquel entonces una figura del fútbol, fue el encargado de materializar el empate a tres. Corría el minuto 94. El propio Mendieta declararía posteriormente que pensaba que con el empate se alcanzaba la clasificación. Sin embargo, no era así, porque el resultado en el otro partido favorecía a los noruegos. Quedaban ya segundos cuando se obró el milagro. Guardiola mandó al área un balón largo, larguísimo, buscando al espigado Ismael Urzaiz. Éste consiguió pasar el balón de cabeza al corazón del área. La pelota cayó botando y Alfonso, que se encontraba totalmente solo y desmarcado, la enchufó de primeras con la zurda. El balón fue bajo, colocado e imparable para el portero que nunca pudo hacer nada ante la masiva presencia de jugadores en su área. Se desató la locura para los españoles y la incertidumbre para noruegos y yugoslavos, que no sabían cuál era su nueva suerte ante la remontada épica de España. Finalmente fue Noruega la que quedó apeada el torneo. A los yugoslavos les valió finalmente hasta la derrota.
El gol fue un orgasmo futbolístico. La selección venía de caer en primera ronda del mundial de Francia 98. Ese torneo supuso el punto y final de la era Clemente y el comienzo de la de Camacho. Una nueva era que estuvo a punto de comenzar en tragedia. Un segundo fracaso consecutivo era un peaje demasiado caro por pagar. El gol de Alfonso fue un alivio para la selección. Sin embargo, en cuartos de final la selección se topó con los dueños del mundo por aquel entonces. La Francia de Zidane, Pirés, Trezeguet, Henry, Vieira, Blanc, Barthez, etc, etc. Una selección que también terminó como campeona la Eurocopa. Una selección gala que de momento, es irrepetible.

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