Deja a un lado goles, datos, clasificaciones, eliminatorias, puntos, fichajes, campeonatos, estadística, goles fantasma, libres directos, penaltis, victorias, derrotas. Olvida eso por unos minutos. Despeja tu mente y vuelve a meterte en la piel de un niño. Deja volar tu imaginación, vuelve a creer en la magia. Recuerda hoy una historia entrañable, la de una niña que suspiraba, que lloriqueaba, y que no entendía que su ídolo pasara tan cerca de ella y que no se bajara de un autobús para saludar. La historia de Alleke, una niña holandesa que vive en Madrid. Alleke suplica, desde la distancia y dentro de un mar de personas, a Xavi para que se detenga, simplemente, porque lo quiere. Pocos rostros son más sinceros que los de Alleke llamando a su ídolo al paso del autobús de la selección. Porque lo admira. Porque sintió como propia la victoria de la selección en el mundial. El lado inocente y cristalino del mundo del fútbol, desde la visión de una niña que, poco después, consiguió por fin conocer a su ídolo. Xavi no dudó en acudir a un programa de la televisión catalana para que Alleke pudiera conocerle. Y no solo ganó la cría, ganó Xavi también. Porque sin duda, un futbolista tan laureado y tan reconocido por todo el planeta del mundo del fútbol, pocas veces recibió una admiración tan sincera. Porque esto, también es parte del fútbol.
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