El Athletic de Caparrós se lo empieza a creer. Desde la temporada 1997/98 no conseguían los bilbaínos ganar cuatro partidos de forma consecutiva. Esa temporada, el equipo dirigido por Luís Fernández consiguió ser subcampeón de liga, tras el Barça de Van Gaal. Ese segundo puesto permitió al Athletic alcanzar una plaza para la Champions. Más de diez años después, desde Bilbao se vuelve a disfrutar de una racha similar. Estos doce puntos consecutivos han permitido a los jugadores de Caparrós asentarse de manera contundente en los puestos de Europa League y soñar con la cuarta y, por qué no, la tercera posición que tiene el premio directo de la Champions. Todo ello a través de un grupo de futbolistas que asimilan a la perfección lo que su técnico quiere que hagan. Para mí, el Athletic es el equipo que mejor saber optimizar sus recursos. Todo ello, con un juego directo pero no exento de calidad. Llorente es ya una realidad palpable de nuestro fútbol. Detrás, un joven Muniain que poco a poco va mejorando en todos los aspectos. Con su fútbol eléctrico, vertical, con un regate endiablado y una visión de juego propia de un veterano. Atrás, la calidad y la capacidad de marcar el ritmo de los partidos de Javi Martínez. Y sobre todo, una sobriedad defensiva que es la clave de que, al fin y al cabo, todo funcione. Son ya 3 partidos seguidos sin que el Athletic reciba un solo gol. Iraola es un gran defensor y mejor atacante. Sus llegadas arriba son puñales y sus centros asistencias impecables para Llorente y Toquero, que ahora con su sacrificio y entrega encuentra también el premio del gol. San José y Ekiza son una joven pareja de centrales tan contundentes como sobrios. Y bajo los palos, el gran portero Gorka Iraizoz. Un bloque que sabe que la unión es el único camino para alcanzar el éxito. Saben a lo que juegan, dan todo lo que tienen y poco a poco, se lo están creyendo. Si consiguen hacer de San Mamés un fortín y dejan escapar pocos puntos, el Athletic volverá a Europa, y con toda la justicia que su gran fútbol merece.
El Barcelona de Leo Messi. Me aburre tanto escuchar el tan manido discurso de que Messi sin Iniesta ni Xavi no sería el mismo. Es tan absurdo porque es mentira. Es ciencia ficción. Y solo se lo creen aquellos aficionados a ese discurso. El resto disfrutamos de las prestaciones que el argentino ofrece día sí y día también. La regularidad de Messi en esto del balompié apenas ofrece precedentes. Su evolución es incalculable. Año a año ofrece algo nuevo. Y esto, es solo siendo Messi. Obvio que detrás tiene un grupo de futbolistas geniales que lo hacen mejor si cabe. Sin embargo, esa gran mentira no tiene cabida para los que suelen ver todos los partidos de Leo. El juego de Messi no solo abarca los goles, es mucho más. Por ejemplo lleva 14 asistencias de gol. Más de las que llevan Xavi e Iniesta juntos.
El Barcelona del Di Stéfano del siglo XXI, como catalogó Quique Sánchez Flores a Messi, alcanzó un nuevo record en la liga. 16 victorias consecutivas en un campeonato. Record que obstentaba el Madrid de Don Alfredo en la 60/61. Como afirmó Guardiola, esas plusmarcas solo se pueden lograr con futbolistas de la dimensión de Di Stéfano o Messi. El Madrid de aquella época es recordado como el Real Madrid de Don Alfredo Di Stéfano. 50 años después, solo la aparición de un nuevo genio ha propiciado que ese record fuese batido. Este Barça de los records, el `sextete’, etc, etc, será recordado como el Barcelona de Don Leo Messi, guste más o guste menos.
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