viernes, 11 de febrero de 2011

LOS GOLES NO SE FALLAN

Hasta dónde hemos llegado...reflexión sobre el actual periodismo deportivo
El periodismo deportivo necesita un revisionismo y un lavado de cara a la voz de ya. Periodistas que necesitan sesiones de diván, que después de una ¿tertulia? deportiva se tienen que inflar a strepsils y para los que su ego y su fachada/personaje son más importantes que cualquier información u opinión coherente. El periodismo deportivo está enfermo, no es mortal, porque siempre que haya al menos uno que realice su trabajo con la dignidad y la diligencia adecuada, el enfermo es imposible que muera. Afortunadamente, son muchos más los que realizan su labor de manera adecuada. Son los que menos, los que se visten de forofos, los que sacan a relucir todo el pus y toda la podredumbre que contienen sus entrañas, los que de verdad preocupan. Sin embargo, pese a que en número son muchos menos, hacen más ruido que un Cd de Andy y Lucas en un Subwoofer.




Porque sus puestos se lo permiten y trabajan para grandes medios con enorme repercusión a nivel nacional. Saben del poder que tienen y no dudan en utilizar esa posición a su antojo e interés. Siempre he pensado que ningún periodista debe ocultar sus ‘colores’, ni sus gustos, porque sería ridículo. Siempre habría un grupo de personas que conocen de primera mano esa información y que dejaría al sujeto implicado en un ridículo espantoso. No digo eso. Solo que cuando uno se pone el mono de periodista debe dejar atrás a ese forofo que podemos ser en nuestras vidas privadas y contar las cosas tal cual pasan. Esa es la obligación del periodista. O por lo menos, que las cosas que salgan de tu pluma o de tu garganta tengan la suficiente coherencia para que, al menos, pueda sustentarse y que lo que escribas o digas no te retrate como un patán de primera. Muchos de esos periodistas incluso dirigen algunos de los medios con más difusión del país. Es decir, la capacidad de influir en la opinión pública está en manos de ciertos personajes que manejan a su antojo lo que publican, que no dudan en manipular y que utilizan el medio para armar campañas contra sus enemigos. Todo periodista debe actuar a sabiendas de la enorme capacidad de influencia que tiene sobre la audiencia a la que informa. Si éste es el periodismo deportivo que me puede tocar vivir, de deportivo, no tiene nada. Y todavía no sé de la misa la mitad. Sálvese quien pueda.

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