viernes, 18 de febrero de 2011

LA RESACA EUROPEA

El Valencia se la jugará en Alemania. Salió Unai Emery con una alineación rara. Pese a jugar con Aduriz y Soldado arriba, la sensación al repasar los once titulares no era totalmente agradable. Alineó juntos a Banega, Topal y Tino Costa. Demasiado mediocentro. Dejó en el banquillo cualquier resquicio de profundidad en las bandas. De ahí que tuviera que ser un lateral, Mathieu, el que llegara a línea de fondo para dar una asistencia perfecta a Soldado, que remató a la perfección de primeras para llevar el delirio a Mestalla muy pronto. Sin embargo, los valencianistas nunca tuvieron la certeza de poder rematar al Schalke 04. Fueron mejores durante un buen tramo del encuentro, hasta que Raúl puso las tablas en el marcador. “¿Cómo está ex delantero del Real Madrid?”, me preguntó un amigo antes de marcar su gol. “Raúl está jugando como Raúl”. Minutos después marcó su gol. En una de esas acciones que tanto ha protagonizado el 7 a lo largo de toda su trayectoria. Se adelantó a la defensa y armó el disparo cruzado, imposible para Guaita. Raul, con su gol en Mestalla, volvió a batir un nuevo record, pues se convierte en el máximo goleador de la historia de la Champions y de todas las competiciones europeas, superando al alemán Gerd Müller. Además, iguala a Maldini como el futbolista con más partidos disputados en Copa de Europa (139). Los alemanes empataron el partido y a partir de ahí, el Valencia empezó a tener la sensación de que la eliminatoria se escapaba. Emery introdujo cambios y buscó la profundidad en bandas con Joaquín y Vicente. Hasta el final, los dos equipos empujaron buscando ese gol con el que dejar la eliminatoria sentenciada. No llegó y el Schalke adquiere una ligera ventaja para la clasificación.
Un cuarto de hora sirvió para jugar la vuelta en el Camp Nou por detrás en la eliminatoria. A priori, el partido en el Emirates entre Arsenal y Barcelona prometía. Y no defraudó a nadie. Quizás no fue tan espectacular como el partido de cuartos de la temporada pasada, pero cumplió las expectativas.  El Arsenal golpeó primero pero Valdés pudo repeler un disparo duro de Van Persie. A partir de entonces el Barcelona sí se adueñó del encuentro y comenzó a crear peligro, sobre todo por el centro. La defensa del Arsenal jugó muy adelantada y por ahí los jugadores del Barça encontraron el hueco para dañar a los ingleses. Pases interiores a la espalda de los centrales. De hecho, así llegó el gol de Villa tras pase de Messi. Y así, pudieron llegar otros dos. Antes del primero, Messi falló un mano a mano con Szczesny, pero su disparo cruzado no encontró portería. Luego, de nuevo en un pase interior, el árbitro anuló un gol legal a Messi por un fuera de juego inexistente tras un rechazo de un disparo de Pedro. El Barcelona durante la primera mitad fue el dueño del balón, todo ello con posesiones muy largas. El Arsenal creaba más peligro a la contra que cuando intentaba hilvanar jugadas más elaboradas. Y así llegaron los goles, ya en la postrimería del partido, cuando quedaba menos de un cuarto de hora. En el primero de los goles, fue Van Persie el que sorprendió a Valdés con un disparo cruzado casi sin ángulo desde la izquierda. El guardameta blaugrana descuidó su palo y dio un pequeño pero fatal paso para cubrir el previsible centro del holandés. Sin embargo, Van Persie vio hueco y conectó un duro disparo abajo, colocado e imposible para Valdés, que ya no se encontraba guardando su palo. El Arsenal comenzaba a creer. Poco después, y en una nueva contra, llegó el gol de la remontada. Con el Barcelona entregado arriba buscando el segundo gol que se resistía, Cesc mandó un balón largo a la espalda de la defensa del Barça, que se encontraba muy adelantada. Nasri lo encontró, piso área y esperó la llegada de Arshavin que disparó de primeras. Los defensas tapaban la visión de Valdés que de nuevo nada pudo hacer. El Arsenal culminó la remontada en apenas 5 minutos. El Barcelona mereció menos castigo en un partido grande que de momento tan solo ha sido el primer acto de una eliminatoria que todavía tiene mucho espectáculo que ofrecer.
El mejor Sevilla ofrece los mismos errores que durante toda la temporada. Apeados de la Copa, con el objetivo de la Champions muy lejano, el Sevilla se marcó la Europa League como la oportunidad idónea de alcanzar cotas importantes esta temporada. Y lo intentó. El Sevilla ofreció su mejor versión ante el Oporto, que no conocía la derrota esta temporada tanto en su liga como en competición europea. Sin embargo, fueron los sevillistas los que merecieron mejor suerte. Al descanso se llegó con empate en el marcador, en unos primeros 45 minutos muy físicos y con pocas ocasiones reales de gol, salvo una de los portugueses que Medel supo sacar de cabeza en línea de gol. Sin embargo, tras el descanso, se vio al mejor Sevilla en mucho tiempo. Con el control de la pelota, incisivo, con profundidad en las bandas y con mucha movilidad de sus hombres de ataque. En el centro del campo funcionó con Rakitc y sobre todo con Medel, que se convirtió con su sacrificio y trabajo en uno de los futbolistas del partido. Pero todo ese esfuerzo se fue al traste debido a los mismos errores que los sevillistas están mostrando durante toda la temporada. Una inseguridad defensiva que se manifestó en dos nuevos goles que pueden ser una losa demasiado grande para la remontada. El primero a balón parado, cuando Rolando remató solo en el área de meta. El segundo en un error de cálculo y entendimiento entre la defensa y Palop. Un balón aparentemente sin peligro se convierte en un puñal por el centro, en una indecisión defensiva. Palop consiguió despejar en primera instancia pero su rechazo le quedó limpio a Guarín que marcó a puerta vacía. Antes, el Sevilla empató el partido con un gol de Kanouté de cabeza. El segundo gol fue un mazazo para todos: futbolistas, cuerpo técnico y aficionados, que por fin presenciaron un buen fútbol de su equipo, pero al que no acompañó lo que realmente importa, el resultado. Duro golpe, marcador complicado, eliminatoria cuesta arriba.
Mala jornada en Europa de los equipos españoles, ya que, el Villarreal tampoco pudo ganar en su duelo con el Nápoles italiano. Falta todavía el Real Madrid, que disputa su eliminatoria contra su verdugo en la pasada Champions, el Lyon francés. De momento, todos los nuestros tendrán que superar marcadores adversos.

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