En esta jornada, Aranzubia, portero del Deportivo de la Coruña, ha marcado un gol de cabeza en un remate de córner en el último suspiro del partido que enfrentaba a los coruñeses contra el Almería. Dicha hazaña es un hecho inédito en nuestra liga, pues ningún portero había logrado marcar un tanto de cabeza. Otro guardameta deportivista, el camerunés Jacques Songo’’o, estuvo muy cerca, pero su gol de cabeza fue anulado por el árbitro por falta previa. Otros porteros consiguieron sentir esa sensación de marcar un gol, extraña para ellos pero inolvidable, por ejemplo, Toni Prats (Betis), Chilavert (Zaragoza) o Nacho González (Las Palmas), que logró a marcar seis tantos.
Sin embargo, si hay que hablar de un gol de cabeza de un portero, pese a no ser en el campeonato de liga, ese es el gol que Palop marcó en la Copa de la UEFA de la temporada 2006/2007. Por el momento en el que se produjo, por lo que significó, y por la influencia que terminó teniendo en el devenir de los sevillistas en el torneo. No fue un gol más, no significó un punto. Fue, sin duda, el primer cimiento real que el Sevilla puso para volver a repetir título por segundo año consecutivo. Fue el volver a nacer en el torneo. Una segunda oportunidad, que el Sevilla de Juande Ramos no desaprovechó.
Minuto 93 del partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA 2006/2007. El vigente campeón está a punto de terminar su nuevo periplo por el torneo que un año atrás devolvió la gloria de antaño. La ida en el Pizjuán dejó un resultado complicado que quedó refrendado en Ucrania. El Shakhtar Donetsk sacó un valioso empate a dos de Sevilla. Los de Juande Ramos tenían ante sí un reto, como finalmente fue. De hecho, siempre estuvieron por detrás en la eliminatoria, hasta el milagro de San Palop. En el partido de vuelta, el decisivo, los Ucranianos consiguieron adelantarse por dos veces en el marcador. Minuto 83 de partido, el brasileño Elano marca el segundo gol para los ucranianos. El Sevilla necesitaba entonces un gol, no ya para clasificarse para cuartos, sino para igualar aquella eliminatoria. Diez minutos para el final del partido. El vigente campeón, a punto de caer eliminado. Pero el destino le tenía preparado al conjunto sevillista en general, y a su guardameta Andrés Palop en particular, una acción para la historia. Saque de esquina desde la derecha para el Sevilla. Andrés Palop no duda en subir a rematar el córner. Sabe que es la última oportunidad, el último cartucho de una eliminatoria que agoniza. Sin embargo, a los defensores ucranianos, pareció no importarle la presencia del portero en su área. Nadie lo marca, nadie lo obstruye, nadie se preocupa de Palop. Dani Alves es el encargado de sacar el córner, que lanza en largo, al corazón del área, sabedor de que el tiempo apremia. La pelota sobrevuela el área, a una media altura. Palop ve venir de cerca el balón. Está solo. Incluso tiene tiempo de recular un poco hacia atrás para conectar mejor el cabezazo. Ni siquiera tiene que saltar, pero realiza un giro de cabeza digno del mejor de los delanteros centros. El balón irremediablemente se dirige a portería, convirtiéndose en el empate a dos con el que se igualaba la eliminatoria. El cabezazo de Palop fue una nueva oportunidad que ya nadie esperaba, mucho menos de la manera en que llegó. Con ese empate, el Sevilla logró 30 minutos más para lograr el pase a cuartos. De la manera en que se consiguió, pocos dudaban que, finalmente, los jugadores de Juande Ramos no lograran el pase a cuartos. Y así fue. Ya en la prórroga, el uruguayo Chevantón marcó el gol de la victoria, el definitivo 2-3 que permitió que el vigente campeón continuara defendiendo título. Sin embargo, aquella nueva Copa de la UEFA que el Sevilla conquistó será eternamente recordada como ‘La UEFA de Palop’. Por aquel cabezazo en el añadido, por su ‘asistencia’ a Adriano y sus paradas en los definitivos penaltis en la final contra el Espanyol. Aquel gol de cabeza de Palop fue un nuevo punto de inflexión de un equipo destinado a ganar. Y ganaron.
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