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Continúa
el Betis sumido en el bache de resultados más negativo de la temporada. Los
locales no pudieron con un inofensivo Valladolid en ataque, pero que convirtió
su defensa en un muro infranqueable. Los verdiblancos partieron de inicio sin
Rubén Castro, su máxima referencia ofensiva. Sin el canario lesionado para tres
semanas, el Betis terminó su tercer partido consecutivo sin marcar un gol y
agrava su racha, que ya lo deja fuera de los puestos europeos.
Pese a la ausencia, el Betis dominó el
encuentro sin oposición, cuando le quitó el control inicial a los
vallisoletanos. Beñat mejoró las prestaciones que ha ofrecido durante las
últimas jornadas. El vasco tuvo presencia, participó, se ofreció sin esconderse
y ayudó en la distribución del juego del Betis. Beñat jugó por delante de la
pareja de mediocentros y se liberó de las facetas defensivas, lo que benefició
a su juego. Incluso pudo anotar un gol con su sello personal cuando se sacó un
derechazo con el empeine interior desde fuera del área, pero Dani despejó con
reflejos un balón que le llegó en parábola. La gran baza verdiblanca en ataque
fue una jornada más Joel Campbell. El costarricense jugó de nuevo un partido
muy completo y ofreció las cualidades que posee: verticalidad, velocidad y
regate. El delantero bético monopolizó las acciones ofensivas de su equipo. Sin
embargo, las ocasiones de los locales nunca terminaban en peligro real. Ni los
disparos del propio Campbell, ni de Pabón alcanzaban portería. El nuevo fichaje
del Betis se mostró activo pero impreciso en sus acciones. El Valladolid apenas
inquietó al Betis en ataque, en donde solo un error del guardameta bético tras
una cesión sumó como acción de peligro vallisoletana. Y tras el descanso el Betis mantuvo el rol de la primera parte, pero con algo más de agobio y presión. Los verdiblancos intentaron que el gol llegara cuanto antes. Porque las ocasiones llegaron desde múltiples situaciones. Pero faltó contundencia, puntería y también algo de suerte. Jorge Molina en el primer palo probó los reflejos de Dani en un saque de esquina que lanzó Beñat. Y Campell remató con la zurda desviado tras una gran jugada colectiva del Betis, en la que combinó de manera rápida y al primer toque. La falta de contundencia. Pero las ocasiones más claras llegaron en los últimos minutos del partido. Cuando el gol es esquivo, la portería se hace pequeña y las cosas más simples se vuelven jeroglíficos. Porque pareció increíble que Jorge Molina fallara a puerta vacía después de rematar sin oposición un disparo fallido de Nono. El delantero bético mandó su remate por encima del larguero cuando ningún rival podía ya impedirlo. La falta de puntería. Y en añadido con un Betis en superioridad numérica por la expulsión de Rukavina, Peña sacó bajo palos un cabezazo de Amaya tras una mala salida de Dani, que abandonó su portería pero lo logró despejar de puños. El central bético se aprovechó de este error pero su remate encontró la oposición del rival, que ganó un punto para su equipo con su cobertura a su portero. La falta de suerte.
El Betis realizó un partido notable, pero sin contundencia, puntería y suerte, el gol continúa en paradero desconocido. Sin Rubén, el reto de rencontrarse con el éxtasis del gol se antoja más complicado. Los tantos llevan a las victorias y estas a los puntos. Y sin ellos, el Betis abandona los puestos europeos, en donde convivió mientras el gol no faltó. Ahora lo tendrá que reencontrar contra el Espanyol, para que la racha de cuatro jornadas sin ganar termine y el sueño europeo permanezca aún intacto.
Publicado en www.vavel.com 11/02/2013
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