jueves, 21 de abril de 2011

ESPECIAL CLÁSICO 's': FINAL COPA DEL REY. BARCELONA 0- 1 REAL MADRID


Un genial cabezazo de Cristiano Ronaldo tras una magnífica asistencia de Di María desde la izquierda decidió la final de Copa del Rey y permitió al Real Madrid levantar el trofeo 17 años después. El partido tuvo todos los ingredientes que se esperaban de la final entre los dos gigantes de nuestro fútbol. Tensión, dureza, emoción y a ratos, fútbol con ocasiones claras para los dos equipos.
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La primera mitad fue de dominio blanco, que acumuló varias ocasiones del gol sobre todo en contras muy veloces. Cristiano Ronaldo desperdició dos, una, la más clara, tras recorrer muchos metros a velocidad punta, pero se plantó en el área algo escorado y con las fuerzas justas y su disparo salió centrado y raso, a lo que Pinto pudo despejar sin problemas. Antes, el portugués no pudo controlar bien un genial pase de Özil dentro del área. El error en el control propició que el potencial peligro se desvaneciera. La primera parte terminó con la jugada más clara para el Real Madrid. Pepe cabeceó al poste un pase desde la derecha. El defensa portugués estuvo ayer omnipresente en todo el terreno de juego y volvió a cumplir a la perfección con su cometido. Por su parte, el Barça estuvo mal, sobre todo a la hora de perder balones comprometidos que propiciaron esas contras del Real Madrid.
 Ya en la segunda mitad, el Barcelona hizo uso de esa posesión de la pelota y dio sentido a ello. El equipo blaugrana comenzó a jugar con más sentido. Leo Messi se erigió en el auténtico faro del Barcelona. La ocasiones no tardarían en llegar pero la portería blanca siempre está defendida por un auténtico seguro. Casilllas volvió a ofrecer un nuevo recital de paradas, pero que esta vez fueron claves para la futura conquista del título. Casillas repelió los disparos de Messi, Iniesta y Pedro. El árbitro anuló bien un gol de Villa por partir de posición de fuera de juego. Sin embargo, pese a que la segunda parte fue el Barcelona el que buscó el gol con más tesón y empeño, los noventa minutos reglamentarios terminaron con un disparo desde fuera del área que Pinto, en una gran estirada, pudo despejar a córner. Sin goles se llegaría a la prórroga.
Y los treinta minutos extra se pueden resumir en esto, en el gol del portugués Cristiano Ronaldo. Ronaldo no hizo nada, y lo hizo todo. Estuvo gris, fallón, perdido durante el partido. Sin embargo, apareció justo en el momento preciso, para elevarse y conectar un grandísimo pase desde la izquierda de Di María. El balón, pese a ir centrado entró en la portería con una gran potencia y nada pudo hacer Pinto. La asistencia fue del argentino Di María, también muy perdido e impreciso, sobre todo a la hora de conducir la pelota. El rostro de Di María denotaba el cansancio acumulado de una temporada exigente. Pero ya en la prórroga,  el argentino hilvanó una gran jugada con Marcelo por la izquierda que terminó en la gran asistencia a Ronaldo. Con el gol y la final muy encarrilada, Di María sacó energía y fuerzas de la reserva y se convirtió en un genial e hiperactivo defensa que no paró de correr y cortar ataques blaugranas, en un esfuerzo físico digno de elogio. De ahí al final, el Barcelona lo intentó pero la defensa blanca-en esos últimos minutos, obviamente eran ya los 11 jugadores-frenó cualquier intento de los blaugranas de empatar y seguir con opciones al título. Dos estilos de juego muy diferentes, los dos lícitos y tan solo uno podía salir victorioso. El Real Madrid volvía a ganar la Copa del Rey 17 años después.
El primero de los clásicos dejó un virtual campeón de liga, el Barcelona. El segundo deja un campeonísimo de Copa, el Real Madrid. La mitad del camino deja una balanza equilibrada. Ahora será la eliminatoria de semifinales de Champions, la que rompa definitivamente el equilibrio entre los dos conjuntos. La Champions será la juez y parte, la que dictamine y establezca la diferencia entre una gran temporada y una potencial histórica, pues el que consiga derrotar a su rival, tendrá más cerca conquistar un nuevo título de campeón de Europa. La mitad del recorrido ya está hecho, y conforme avanza, el Real Madrid- pese a que la liga está virtualmente sentenciada- es el equipo que más reforzado afronta la recta final y por ende, esa eliminatoria. Sin embargo, ahora es el Barça el que clama venganza.  Que siga el espectáculo.

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