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Su currículo no está plagado de éxitos y títulos. Sino de historias, sentimientos, esfuerzo, entrega, sacrificio y sobre todo, honestidad. Y así, Manolo Preciado ha forjado su historia, su vida. Y hoy, en todos los lugares en donde dejó huella, se llora su pérdida.
Se ha
ido cuando se preparaba para una nueva aventura. El Villarreal, equipo
Champions la temporada pasada, creyó en que no había nadie más preparado que el
entrenador cántabro para abordar la temporada en segunda y conseguir un regreso
rápido a la Primera División. Ya nunca sabremos cómo hubiera terminado esa
historia.
La de
Manolo ha finalizado a los 54 años. La vida fue injusta con él. La tragedia
siempre le persiguió, pero su mentalidad, fortaleza y su modo de entender la
vida impidieron que se hundiera ante tanta desgracia. "La vida me
ha golpeado fuerte. Podría haberme hecho vulnerable y acabar pegándome un tiro,
o podría mirar al cielo y crecer. Prefiero la segunda opción", afirmó con
sinceridad ante tantos golpes.
Descanse en paz, Don Manolo.
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