El
Chelsea elimina al Barça con dos goles al final de cada parte (2-2). Leo Messi
erró un penalti al comienzo de la segunda mitad y estrena su casillero de
fallos determinantes en su triunfal carrera futbolística.
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El
Barça de nuevo necesitaba un gol para avanzar hacia la última eliminatoria del
torneo. Y pudo llegar pronto, en las botas de Messi. Drogba cometió un penalti sobre
Cesc. El encargado, como siempre, Leo Messi. El argentino, muy participativo en
la primera parte-asistió a Iniesta en el segundo gol- frente a Cech. Pero en
esta ocasión no. Messi estrelló el penalti en el larguero y a partir de
entonces, el argentino se esfumó. Lo intentó, la pidió, pero sin el brillo de
sus cientos de exhibiciones. Leo, autor de tantas obras de arte, creó su cuadro
más impreciso. La pincelada errónea en el momento menos oportuno. Desde
entonces, estuvo ausente quince minutos y cuando intentó enmendar el error, ni
las circunstancias, ni siquiera la suerte se aliaron con él. A falta de diez
minutos, Messi estrelló un balón en el poste. Y ahí terminaron las ocasiones
reales del Barcelona. Después, mucho empeño, ímpetu y corazón. Y en esas,
incluso Torres firmó el empate y la sentencia en el añadido final. El delantero
dribló a Valdés para remachar a placer. Torres sustituyó a Drogba, que realizó
un partido brillante. El marfileño se peleó en solitario con toda la defensa
blaugrana y siempre dio la sensación de que triunfó en cada disputa.
Esfuerzo
de todo el Chelsea, que tuvo primero que
remar en contra, y luego defender la renta con uno menos por la expulsión
absurda de Terry, cuando su equipo ya perdía por un gol. El central inglés le
pegó un rodillazo a Alexis por la espalda, que no pasó desapercibido como
planeó el defensa inglés. En esos instantes y más tras el segundo gol del
Barça, la clasificación del Chelsea cotizaba a la baja. Pero un gol de Ramires
al final de la primera parte, cambió de manera definitiva el destino de la
eliminatoria. El gol de Torres fue una anécdota macabra, un chiste al estilo inglés.
El
Chelsea de Abramovich tendrá una nueva oportunidad de ganar por primera vez la
Champions League. Un resbalón inoportuno de Terry en los penaltis impidió a los
ingleses inscribir su nombre entre los triunfadores de la Copa de Europa en el
2008. Ahora, de nuevo tras un cambio de entrenador a mitad de temporada, espera
rival para disputar la final de Múnich, tras este histórico y heroico partido.
Mientras,
el Barcelona pierde su segundo título en cuatro días. Aún le queda el reintegro
de la Copa del Rey contra el Athletic, para cerrar una notable temporada, en la
que la falta de contundencia en momentos puntuales, pero claves, dejó cierta
sensación amarga. Y también deja la estampa histórica de desesperación y
tristeza del futbolista más talentoso y brillante de las últimas décadas. Leo
Messi falló un penalti que hubiera decidido la eliminatoria a favor del Barça.
Erró para recordarnos a todos que somos humanos. Pintó un mal cuadro, que
dentro de unos años quedará relegado a la galería más desértica del museo
futbolístico Lionel Andrés Messi.
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