El argentino ha demostrado
en los dos últimos partidos que su fútbol no se limita a destrozar porterías
rivales con cifras de goles escandalosas. El juego del futbolista blaugrana
tiene tal alcance que incluso ya ha ofrecido un avance de su futura evolución.
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Leo Messi atraviesa
por una supuesta mala racha goleadora. Tres partidos sin anotar un gol es una
estadística negativa en la ‘escala Messi’. El argentino se ha –nos ha-
acostumbrado en las últimas temporadas a pulverizar registros goleadores
impropios de los tiempos actuales, en los que el fútbol defensivo predomina
sobre el ofensivo.
Los
tremendistas y los oportunistas florecen en los periodos negativos del
argentino. Y lo hacen de una manera injusta, como si el gol fuese la única
prestación analizable del juego del argentino. Messi es la evolución del fútbol
moderno. El argentino se recicla cuando parece que ya ha alcanzado la cima de
su fútbol. Comenzó como una joven promesa que driblaba a un contrario más del
que el juego requería. Creció en su fútbol cuando el gran Barça de Rijkaard
agonizaba y se convirtió en el líder absoluto del legendario Barcelona de
Guardiola. Con Pep se convirtió en el referente mundial del bautizado concepto
del ‘falso 9’. Lleva instalado en la cumbre del fútbol mundial desde 2009,
avanzando peldaño a peldaño desde 2007, cuando aún era un actor secundario de
un reparto blaugrana con estrellas de primera fila como Ronaldinho o Eto’o.
Desde entonces Leo
Messi renueva temporada tras temporadas sus condiciones y las readapta para
sorprender cuando sus rutilantes exhibiciones resultan rutinarias. La libertad
con la que desarrolla su fútbol le permite moverse por toda la zona de ataque.
Messi necesita el contacto con la pelota y nunca rehúye de ella, ni siquiera en
los días más grises. Es muy habitual en el juego del futbolista blaugrana bajar
a recibir a la zona central y participar en la construcción del fútbol del
Barça. Su versatilidad y su excelente visión de juego le permiten ser uno más
del brillante engranaje que el F.C. Barcelona posee en el centro del campo. Y
en los dos últimos partidos, en los que Messi tampoco consiguió anotar gol, es
donde se ha observado de manera más evidente la influencia del argentino en la
zona de creación del fútbol del Barça. El argentino ha participado con más
asiduidad en una zona más retrasada en los dos últimos encuentros. Junto con
Xavi distribuyó el juego blaugrana y aprovechó su velocidad y cambios de ritmo
para crear peligro por el centro con jugadas al primer toque y rápidos
eslálones con los que gambetea a sus rivales. Y así, ha participado
directamente en 4 de los 5 goles del Barcelona contra Sevilla y Benfica. Cuando
el gol le es esquivo, Messi destaca como creador, pasador y asistente de lujo.
PUBLICADO EN www.vavel.com 05/09/12
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