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El
partido lo protagonizaron héroes en rojiblanco. Iraola y Aurtenetxe no fueron
laterales, sino carrileros. Javi Martínez y Amorebieta muros infranqueables
para los atacantes del United. De Marcos fue un velocista que corrió por ambas
bandas media maratón y nunca al trote. Muniain fue un niño travieso que se
divirtió con la pelota en el jardín que es el césped de San Mamés. Ander
Herrera manejó y organizó con brillantez y calma el juego ofensivo del
Athletic. Iturraspe fue defensa y mediocentro, además de realizar coberturas y
permutas por todo el terreno de juego. Y Llorente un ilustre escultor de un gol
solo al alcance de los mejores delanteros. El partido fue tan hermoso que hasta
Rooney quiso dejar su firma con un genial derechazo desde fuera del área que la
sabia afición bilbaína supo aplaudir, como siempre. En San Mamés, la pelota es
feliz, el fútbol se engrandece y merece la pena.
Y al
terminar, la sensación que se respiró, no solo en San Mamés, sino en el planeta
fútbol, es que la eliminatoria entre Athletic y Manchester United dejó de ser
presente para convertirse en leyenda.
PUBLICADO EN www.vavel.com 15/03/2012
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