domingo, 17 de abril de 2011

ESPECIAL CLÁSICO"s": JORNADA 32. REAL MADRID 1 - 1 BARCELONA



Primer clásico finalizado de la avalancha que aún queda. Si este se ha desarrollado de esta manera, con esta intensidad, con ese ritmo frenético, sobre todo, en los últimos minutos, los tres que restan, si el resultado es ajustado hasta el final, van a multiplicarse a la enésima potencia.

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El encuentro deparó el fútbol esperado. Control, posesión y manejo de la pelota hasta encontrar el hueco y el espacio adecuado por parte del Barça y contras muy rápidas y peligro a balón parado por parte del Real Madrid. Pepe fue el perro de presa de Mourinho y el portugués cumplió con su labor. En el Barça. Villa y Pedro no tuvieron su día, y la racha de mal juego de ambos ya se extiende en el tiempo en demasía. Ronaldo se obcecó de nuevo en realizar un juego que no le beneficia, pues se empeñó en realizar la jugada definitiva cada vez que tocaba la pelota. Por fin le marcó un gol al Barcelona, pero de momento no abandona el diván, ya que solo deja la horizontalidad para empezar a estar sentado. Todavía le queda al luso mucha psicología y terapia para poder afrontar con mayor garantía partidos frente al Barcelona.
La igualdad en el resultado se rompió merced a un penalti y expulsión clara de Albiol sobre Villa. Messi no falló. El Barcelona afrontaba la mayor parte de la segunda parte con un jugador más y no supo aprovechar esa superioridad. El Madrid tiró de casta y con la entrada de Özil, el sacrificado por Mou para dar entrada a Pepe en el centro del campo, el Madrid sacó garra, fuerza y empuje ( y también de calidad) para intentar empatar y por qué no, conseguir dar la vuelta al marcador.
El partido no fue fácil de arbitrar. Muchas acciones complicadas y casi ningún acierto. En la primera parte hubo un penalti de Casillas sobre Villa. El asturiano toca la pelota, eso sí, en una posición complicada, estirando la pierna, pero toca claro la pelota y Casillas arrolla al delantero. El árbitro no quiso saber nada de esa acción. El penalti de Albiol fue claro y su expulsión justa.
Mou se queja de que casi siempre termina sus partidos contra el Barcelona con diez. Esta vez (no recuerdo todas, pero se me viene a la cabeza un patada brutal de Del Horno a Messi en Londres), sus ladridos no tienen razón de ser. El empate llegó en otro penalti, esta vez de Alves sobre Marcelo que Ronaldo tampoco falló. No veo penalti, eso sí, se equivoca el árbitro pues si pita la pena máxima, la acción conlleva una tarjeta amarilla que hubiera mandado a Alves a la caseta. En esa jugada, no aplicó el mismo criterio para los dos equipos.

Y para terminar, dos cagadas. Una al final del partido, y otra, en rueda de prensa. La primera, la de Messi al pegar un pelotazo innecesario a la grada cuando el balón ya se encontraba fuera. Mal gesto del argentino que debió incluso ver tarjeta amarilla. La otra, la mala conducta de Mou en rueda de prensa al no contestar a aquellos periodistas que ayer abandonaron la rueda de prensa porque el portugués se negó a contestar preguntas en la sala de presan. Tan solo habló su segundo, Karanka. Si eres entrenador del Real Madrid, lo eres siempre, no cuando te parezca, no cuando te convenga y sobre todo, lo eres en situaciones extremas, complicadas o tensas y por ello, el máximo responsable de la plantilla debe dar la cara, no dejar esa responsabilidad a tu segundo.
En fin, muchos momentos, muchas situaciones complicadas que se multiplicarán cuando esté en juego el título de Copa y el pase a la final de la Champions. Que siga el espectáculo.

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